Hoy en día, es bastante común que las personas salgan en busca de una segunda opción profesional. A veces, en paralelo a su primera carrera, y otras, como una alternativa para dejar la más vieja. ¿Ya pasaste por esa etapa o estás pensando en innovar en tu rutina? Entonces, sigue la lectura de este post junto a nosotros.

¿Cómo fue la evolución de una a varias profesiones?

Antiguamente, era impensable que una persona tuviera más de una profesión o que se dedicara a dos cosas completamente diferentes. Y cambiar de profesión, después de años en la misma, nadie se lo imaginaba. Pero eso no es porque sí, las personas no son las mismas, el estilo de vida cambió y las necesidades y los gustos también. Así, la parte profesional no escapó a eso, sino que fue acompañando todo ese proceso.

En otra época, las personas iban en la búsqueda de un empleo fijo (para toda la vida, tal vez) y, aquellas que estudiaban ni pensaban en dejar esa formación, para adquirir otra. Y eso tiene varias explicaciones, de todo tipo, sociales, económicas y culturales.

Una de las causas es que, antes, era mucho más difícil formarse y llegar a un nivel educativo alto. Los que llegaban a ese nivel no consideraban dejar lo que habían alcanzado, por haber sido tan difícil. Además, había mucho menos opciones de formación de las que hay ahora, lo que reducía más la intención de saltar de una a otra. 

Además de eso, la forma de vida era totalmente distinta, los trabajos estaban pensados para tener larga duración, las empresas no tenían la costumbre de contratar personal todo el tiempo, y, de esa manera, la movilidad en los trabajos era casi nula.

Y hay más factores que explican esa evolución profesional, muchos de ellos ni llegaremos a entenderlos bien. Sin embargo, es evidente que el ritmo del mundo, en general, ha cambiado y, con él, los trabajos y las costumbres de los trabajadores. Hoy, los trabajos no tienen una duración tan larga como antes (que era normal que alguien estuviera 30 años en el mismo lugar, cumpliendo la misma función). Eso era normal debido, en primer lugar, a que los empleadores no cambiaban los empleados con tanta frecuencia, y, en segundo lugar, a que a los empleados no les gustaba ir de un lado a otro. En general, la mayoría buscaba permanecer en un lugar seguro.

Observando esa realidad, vemos que hoy ninguno de nosotros está “programado” para funcionar de esa manera. Todo sucede más rápidamente, las personas tienen mayor alcance a una formación variada, la oferta de estudios se diversificó y todos estamos, en mayor o menor medida, adaptados a los cambios y, todos los días, aumenta el número de opuestos a seguir una rutina igual por mucho tiempo.

¿Surge, así, la afiliación como una segunda carrera?

De esa forma, fueron apareciendo innovaciones de todo tipo, una de ellas, la afiliación. Sin duda, es excelente para quien quiere cambiar no solamente de profesión, sino también de tipo de vida. Y el cambio es mayor, cuando la persona pasó años trabajando tradicionalmente. De trabajar en una oficina formal, a quedarse en casa. De cumplir un horario fijo determinado, a elegir cuándo y cuánto trabajar. De tener que respetar ciertas modalidades de trabajo definidas por un supervisor, a ser tu propio supervisor.

¿Qué más puede pedir alguien que ya pasó por un trabajo clásico, que quiere cambiar de vida, probar nuevos estilos y, encima, pensar en una segunda carrera profesional? Para ser afiliado, no hay requisito de edad, de experiencia previa ni de gustos e intereses personales. Existen miles de productos y muchas vías, técnicas y estrategias de promoción para utilizar. Si estás pensando en ampliar tu formación y en adquirir una segunda profesión, piensa en nuestra oferta. ¡No te vas a arrepentir!

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