En estos días, se habla mucho del trabajo en casa, de no salir, en definitiva, de hacer cuarentena. ¿Pero solo se trata de resguardarse y trabajar de cualquier forma? Es cierto que es una gran posibilidad y una ventaja, sin embargo, es necesario que no nos olvidemos de algunos detalles para que la estadía permanente en casa no se torne un caos.

¿Cuáles son las ventajas de quedarse en casa?

Sin duda, quedarse en casa tiene sobradas ventajas. No necesitas moverte a ningún lado, no pierdes tiempo en viajes, ahorras el dinero que gastarías movilizándote por la ciudad, tienes más horas de descanso, no necesitas estresarte planificando las comidas y, además, bajan los riesgos que, normalmente, tendrías en la calle.

Quiere decir que, observando esos puntos, tener un home office es la mejor alternativa para aumentar la calidad de vida. Pero todas esas ventajas pueden desaparecer , si no logras adaptar tu vida a un tiempo de encierro total y obligatorio.

Organizando un home office

Quedarse todo el día en casa, en principio, puede parecer la solución perfecta a todos los problemas. Eso, si consideramos que necesitamos armar un home office como corresponde.

Obviamente tenemos que adaptar el espacio físico que tenemos, pero lo que importa es que logremos arreglar ese lugar lo mejor posible, para poder trabajar cómodos, pero sin perder la noción de que estamos trabajando.

Además, es necesario que el lugar sea parecido a una oficina, para que tengamos diferenciadas las habitaciones de la casa. Esto es para que, terminado el horario laboral, podamos apagar la computadora, dejar el escritorio a un lado y pasar a otra área que no tenga nada que ver con temas laborales. Quizás, estés pensando que no necesariamente tenga que ser así, pero puedes estar seguro de que, cuando el tiempo de restricción de salidas es extenso, se vuelve imprescindible separar las actividades.

Mientras no había empezado este momento de resguardo, salías a la calle, visitabas diversos lugares, trabajabas en un lugar, almorzabas en otro, cenabas en otro más, hacías compras, pasabas tiempo con tus amigos, en definitiva, todo bien dinámico y con cambios de espacios físicos y de aire. Ahora la realidad es otra, a eso viene la importancia de que puedas relacionar un sector a una actividad, en tu casa. Por lo tanto, de ser posible, no trabajes en el mismo lugar que comes. Ni descanses en el mismo lugar que trabajas.

Utiliza un escritorio o mesa solo para trabajar, utiliza la notebook solo en un horario determinado, después mira TV, pasa algún rato en las redes sociales, habla con amigos por WhatsApp y, fundamental, si tienes patio, balcón o cualquier espacio al aire libre, aprovéchalo para distraerte.

Adaptando la rutina

No solo tienes que adaptar la casa, tu vida en general también. Deja un horario fijo de trabajo y, en las horas libres, intenta gastar la mayor cantidad posible de energías. Limpia la casa, ordena los estantes de tu biblioteca, escucha música, mira TV, encuentra películas y series divertidas, lee buenos libros y continúa especializándote.

Piensa en todas aquellas cosas que tanto querías hacer siempre, pero nunca tenías tiempo, porque estabas fuera de casa. Bueno, ahora es el momento. ¿Te gusta tocar la guitarra, dibujar, escribir cuentos, pintar cuadros, cocinar o hacer piezas de cerámica? Este es el momento indicado.

No dejes de cumplir ninguna de tus obligaciones, pero también encuentra la mejor forma de pasar el tiempo libre dentro de tu casa. Y acá no hay una fórmula que funcione para todos. La receta es que cada uno haga lo que más le gusta.

Si logras encontrar el equilibrio entre organizar tu escritorio en casa y reservar otros lugares para las actividades que más te gustan, con seguridad, este tiempo de cuidados será muy positivo.

¡Considera nuestras sugerencias y sácale el mayor provecho a este período!

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